Espíritu de fracaso

Malos augurios son los que se presagian en torno al equipo amarillo, y no es para menos, pues con el paso de las semanas podemos ver como el Cádiz se desangra psicologicamente y en la tabla clasificatoria.

La llegada de Espárrago al banquillo parecía estar dándole nuevos aires a este equipo y un viso de esperanza a esta más que sufrida hinchada, pero sin embargo, nada más lejos de esa realidad que invitaba a ver a este como un salvador. Los números, tras siete partidos con el uruguayo en el banquillo, nos muestran un bagaje similar al que tuvo Gracia durante todo lo que él estuvo durante esta temporada. Dicen que el tiempo da y quita razones, y por ahora, por desgracia, el tiempo, a mi y a muchos más, nos está dando la razón, pues es evidente que las carencias que presenta el Cádiz no dependen de la persona que decide cómo debe jugar y quienes deben jugar, sino más bien de cómo lo hacen los que deben jugar, que no quiere esto decir que porque jueguen sean los idóneos para defender esta camiseta.

Este Cádiz no tiene personalidad ni jugadores inteligentes que sepan resolver o cerrar partidos que están de cara. Le falta agresividad en acciones puntuales que nos suelen condenar a goles en contra que nos ponen cuesta arriba el hecho de llevarnos muchos puntos. Es la cruda y triste realidad que jornada tras jornada vivimos los que queremos lo mejor para nuestro equipo, y que nos sentimos impotentes al pensar que el destino de nuestro Cádiz está en manos de unos señores que no son capaces de poner lo que hay que poner para salir adelante, ya sea por lo civil o por lo criminal.

¿Quien tiene la solución? ¿Quien sería capaz de declararse en posesión de esa fórmula prodigiosa que sirviera para cortar la hemorragia que arrastra este submarino desde principios de temporada? Sinceramente, creo que nadie. La única verdad es que lo único que nos queda es morir con las botas puestas y aferrarnos a lo que tenemos. Quizá no serviría de nada, pero por mi parte yo plantearía algo que no cuesta ni dinero ni mucho tiempo y es bastante sencillo. Ahora que estamos a punto de convertirnos en un club centenario, reuniría a cada uno de los integrantes de esta plantilla, que son los que al fin y al cabo los que tendrán que darlo todo por la salvación, y les pediría que hicesen examen de conciencia y que se preguntasen a sí mismos si conocen lo que significa ser el Cádiz C.F, si conocen lo que ha sido este equipo durante estos cien años de historia y si creen que están a la altura para vestir esta camiseta. Después, pasaría a facilitarle las dos primeras preguntas por si alguno no las sabe, ya que la tercera tan sólo ellos mismos podrían responderla. Lo que significa ser este equipo sólo podrian explicarselo aquellos que lo fueron, todos esos jugadores que siguen vivos y que a lo largo de estos cien años sudaron sangre por defender nuestros intereses, sería estupendo que pudieran transmitirselo. Por otra parte, la historia siempre es un bien presente que podria hacerles llegar sin ningún problema de distintas maneras. Y quedaría la última pregunta, esa que como bien he dicho sólo ellos mismos sabrian responder, la que estoy seguro que de ser negativa, quedaría en sus conciencias, y si tienen algo de amor propio, de aquí al final temporada, se dejarian la piel en el campo para poder cambiar su respuesta.



Miguel Ángel Utrillas