Crisis de un líder sólido

Ante la evidencia de superioridad parece estar prohibido hablar de errores o malos caminos. Cuando un equipo gana y destaca en la clasificación todo hace indicar que está en racha y supera las expectativas con creces, y, por consiguiente, no se habla de crisis ni de mal juego, no se habla de imprecisiones, no se habla de fútbol, tan sólo de resultados.


A priori, atendiendo al nombre de la categoría en la que este año milita el Cádiz C.F y con una reestructuracion deportiva hecha de casi el 80% del organigrama, nadie podría llegar a pensar que el equipo sería a día de hoy un líder destacado y contundente, ¡ojo!, en resultados. Una categoría que parecía exigir pelea y entrega, en la que quizá un equipo con calidad y buen oficio pecaría de novato y tendría cuesta arriba el camino de su objetivo. Esta división está tragando este estilo con rotundidad, y el fútbol de toque que ha impuesto el técnico fue muy útil la mayoría de los primeros 10 o 12 partidos. Esto hizo pensar que la historia tendría un guión sencillo y aburrido para el resto de la campaña. No es así. A mi juicio, los últimos 6 o 7 partidos evidencian una crisis de juego, ¡ojo!, que no de resultados. Se vive en época de errores que están a tiempo de ser corregidos, pero que si no se trabajan, pueden salir caros. En un play-off, el que falla lo paga. Javi Gracia tendrá que tratar mucho con psicología futbolística a este Cádiz irreconocible, distante de la fluidez de juego que atesoraba al comienzo de la liga y, con jugadores ¿relajados? al verse como indiscutibles candidatos al título, un título que, atendiendo al formato de este año dará prioridades y una segunda oportunidad al campeón. Julio Peguero también deberá ponerse el mono, estudiar el mercado y encontrar opciones para las demarcaciones en las que el submarino amarillo es débil. La afición también es muy importante, el equipo la necesita, necesita su aliento y su incondicionalidad, a pesar de esta crisis no puede fallarle, ahora menos que nunca. Parte de nuestras vidas...


¡Vamos Cádiz!